Depilación Láser

Un láser (acrónimo, en inglés, de luz amplificada por emisión estimulada de radiación) es un dispositivo que libera un haz de luz brillante, monocromática y controlable, con el que se puede depositar una gran cantidad de energía aplicándolo sobre uno de los pigmentos presentes en la piel. Esta luz es absorbida por la melanina del pelo, provocando el calentamiento de las células presentes en el tallo piloso, que se destruyen y, de esta forma, se consigue eliminar el vello.

La melanina es la sustancia natural responsable de la coloración del folículo piloso, pero la piel también contiene melanina, por lo que los aparatos láser que se utilizan para depilar están ajustados de modo que emitan la luz con la longitud de onda apropiada para que sea absorbida por la melanina del folículo piloso sin dañar la piel circundante. Cuando la melanina absorbe la energía lumínica, la transforma en energía térmica, y el calor resultante es lo que retrasa el crecimiento folicular. La longitud de onda del láser se mide en nanómetros (Nm), y la que se emplea habitualmente para depilar se sitúa en un rango de entre 700 y 1.400 Nm porque favorece una mayor absorción por parte de la melanina.